los juguetes ya no son
de madera.
Inmergidos en un mundo consumista donde los moldes de producción masiva entregan la copia exacta de conceptos aspiracionista (muñecos y muñecas en sus respectivos cánones estéticos). Los juguetes de madera toman un papel contra corriente. En una denuncia a la proliferación del plástico y su valor icónico en la sociedad actual, es una crítica a la perdida del valor simbólico de los juguetes.
El plástico frio, liso y ajenola, en cambio la madera torna los objetos cálidos y siempre pone un valor humano es su creación, el uso de un oficio para la transformación de un material le da un trasfondo que se hereda en él. Antes del plástico el juguete artesanal pasaba de manos en manos nutriendo su historia y significado.
Nuestros juguetes están elaborados con desperdicio de maderas finas, por lo que la combinación de vetas, texturas, colores y contrastes, se vuelven una fortuitidad y parte de la experiencia, cada juguete es único como lo será su historia.